Uno de los desafíos que enfrentan las organizaciones cuando avanzan hacia formas de trabajo ágiles es el rol del product owner. En general, entendemos la idea de una persona que es responsable, en última instancia, del retorno de la inversión de su producto. Sin embargo, si entramos en una empresa que utiliza metodologías ágiles hoy en día y le preguntamos a uno de los product owners si tienen el poder de decisiones sobre su producto, en mi experiencia, la mayoría dirá algo como “bueno, es complicado…”.
Las cuatro perspectivas
Me gusta hablar sobre las cuatro perspectivas de un product owner como una forma de ayudar a las organizaciones y personas a comprender mejor el rol. Es un cuadrante simple que muestra las diferentes vistas que requieren la atención de los product owners.
- Externo x interno (eje horizontal): en el lado izquierdo del gráfico, el product owner mira hacia el exterior (mercado, clientes, objetivos,…). En el lado derecho mira hacia el interior de la organización (hoja de ruta, equipos, riesgos,…).
- Largo plazo x corto plazo (eje vertical): en la parte superior del gráfico, el product owner mira a largo plazo. En la parte inferior del gráfico mira a corto plazo.
Esto nos proporciona 4 perspectivas diferentes del product owner:
- Visión y objetivos (externa y a largo plazo)
- Estrategia y hoja de ruta (interna y a largo plazo)
- Tácticas y planificación (interna y a corto plazo)
- Aprendizaje y adaptación (externa y a corto plazo)
Alineación de estructura y responsabilidades
Ahora, un gran product owner cambia continuamente entre estas cuatro perspectivas. Es decir, no es una secuencia que comienza en el paso 1 y continúa hasta el paso 4. El punto es asegurarse de prestar atención a cada una de estas diferentes perspectivas y darse cuenta de los momentos en que una podría requerir más atención que otras.
Comprender esto ayuda a alinear a las personas en el alcance completo del rol de product owner. Y esto desbloquea más discusiones sobre lo que es realista en contextos específicos y cómo adaptarse a esas limitaciones.
Por ejemplo, algunas organizaciones optan por tener diferentes personas que se centren en cada una de estas perspectivas. Imagina que un Chief Product Owner define la visión y los objetivos. Luego los product owners a nivel tribu crean conjuntamente una hoja de ruta, de modo que finalmente, los product owners a nivel de equipo pueden centrarse en la entrega táctica. Muy coherente con una visión de tipo SAFe del rol del product owner. Comprender que diferentes personas poseen diferentes perspectivas permite a la organización reflexionar sobre cómo asegurarnos de mantener alineados todos estos diferentes tipos de product owners. Y podemos discutir cómo esto requerirá más estructura y proceso, y probablemente nos costará algo de velocidad de decisión.
Otras organizaciones eligen un modelo más simple y asignan las 4 perspectivas a un único product owner. Muy coherente con una visión de tipo LeSS del rol del product owner. Es más simple, pero también tiene sus inconvenientes. Es difícil contratar personal para estos roles, ya que requieren un conjunto de habilidades amplio. Generalmente requiere cambios significativos en la estructura y políticas de una organización. Y nuevamente, si se adopta este enfoque, comprender las cuatro perspectivas diferentes permite una comprensión más realista de las habilidades y el compromiso de tiempo necesarios para hacerlo correctamente.
Conclusión
Ambos enfoques pueden funcionar. El punto aquí es que no podemos tener una conversación sobre qué enfoque elegir si primero no tenemos una comprensión compartida de las cuatro diferentes perspectivas del product owner. Luego, una vez contratado al personal para el rol (o roles), se puede hacer una revisión más detallada para determinar si los product owners tienen las habilidades y el conocimiento necesarios para operar de manera efectiva dentro de su(s) perspectiva(s) asignada(s).
Todo esto sin perder de vista que, en última instancia, el real valor del product owner es asegurarse de que las cuatro perspectivas estén en armonía.
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